Amor gauchezco

En la jineteada del amor

monté siempre a las salvajes.

Traté de tirar las riendas

y controlar el instante.

Apreté bien mis rodillas

para poder sostenerme,

pero en tantos corcoveos,

por más que quise agarrarme,

las bestias nunca aflojaron

y terminé por el suelo.

Hoy a toda la tropilla,

la miro desde bien lejos.

Pues si tengo que elegir,

no me llevo de consejos,

sé que voy a ir al encuentro

de la potranca indomable

y ya con tantas caídas,

el dolor que hay en mi cuerpo,

ahora se hace insoportable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario